Son muchos los puntos a tener en cuenta para llegar al correcto diagnóstico de una patología de piel en nuestras mascotas; antes de enumerar los pasos a seguir, debemos tener muy presente que ante una patología de piel en nuestro animal de compañía…:
- Debemos realizar el mayor esfuerzo para recordar los datos que el veterinario nos solicita; en muchas ocasiones el origen del problema se remonta a mucho tiempo atrás.
- Las patologías de piel no siempre tienen diagnósticos rápidos, sino más bien largos y complejos.
- Las patologías crónicas requieren gran constancia por parte del propietario; los tratamientos suelen alargarse en el tiempo.
Si queremos ayudar al veterinario a localizar la o las causas, y poder ayudar así a nuestro mejor amigo, debemos tener muy presente que en nuestra particular investigación no debe faltar ninguno de los siguientes puntos:
- Edad: dato de gran importancia en muchas enfermedades cutáneas, ya que puede centrarnos en una u otra patología (ej.: enfermedades hormonales en animales adultos y senior).
- Raza: existe una predisposición racial en muchas enfermedades dermatológicas; en muchos casos las causas son de carácter genético. (ej.: alopecia en los doberman de capa azul, seborrea del cocker, pioderma del pastor alemán…).
- Sexo: dato fundamental en ciertas alteraciones hormonales (ej. : hiperestrogenismo de las hembras).
- Hábitat y costumbres: el tipo de residencia de nuestra mascota (ciudad o campo), el número de salidas y dónde las realiza, la alimentación que consume… suelen ser importantísimos puntos a tener en cuenta para el correcto diagnóstico y evaluación de un problema de piel.
- Datos clínicos generales: debemos tener muy presente que muchas enfermedades generales se acompañan de problemas de piel, por lo que será imprescindible comentar con nuestro veterinario los siguientes datos:
- Enfermedades previas o que acompañan a la patología de piel.
- Estado general: los cambios de peso, de comportamiento, de apetito… son también importantes para valorar la patología de piel.
- Problemas concretos: la existencia de tos, dificultad al respirar, vómitos, diarreas, alteraciones del celo, debilidad… deben ser comentados con el profesional.
6. Datos clínicos específicos: aquí nos centramos en puntos concretos del problema dermatológico, como son:
- Edad de aparición, época del año…
- Aspecto de las lesiones y su localización.
- Picor: la presencia o ausencia de picor es uno de los datos más importantes para el diagnóstico de los problemas de piel; tanto es así que la mayoría de las enfermedades cutáneas pueden dividirse en dos grandes grupos: con picor y sin picor.
Con relación al picor debemos plantearnos: intensidad del picor, frecuencia, aparición anterior o posterior a las lesiones, localización del picor, posible relación con factores ambientales o de manejo (dieta, entorno, fármacos…), posible contagio a otros animales o personas…